Prego de inici del dia de extremadura a la nostra ciutat. Una breu reflexió buscant algunes de les moltes semblances que hi ha ente aquests dos territoris, salvant les distàncies.
Extremeñas y extremeños, por origen o por sentimiento, hoy os encontráis reunidos en esta sala para iniciar los actos de celebración de la festividad más representativa de la comunidad autónoma de Extremadura, una comunidad de hombres y mujeres con arraigadas tradiciones y secular cultura.
Permitirme que antes de nada agradezca a la junta del Centro Extremeño que haya pensado en mi para hacer lectura del pregón que da inicio a los actos de celebración del día de la fiesta oficial de Extremadura.
Es un honor que os agradezco muy sinceramente…
Desde el año 1985 en que se designó institucionalmente el día 8 de septiembre como el DIA de Extremadura, esta fecha se ha convertido en la jornada de celebración y reconocimiento de los rasgos propios que dan identidad a Extremadura y sus gentes.
Unos rasgos que se han ido forjando a lo largo de los siglos y han impregnado el carácter de muchos de sus hombres de Pro como ha quedado patente históricamente. Desde los tiempos de los conquistadores en que nombres como Hernán Cortés, Pizarro, o Pedro de Valdivia enaltecen el origen extremeño, a los más actuales como, por ejemplo, el primer presidente de la Junta de Extremadura autonómica Juan Carlos Rodríguez Ibarra que, con acentuada personalidad, ha sido durante los últimos años quien la presidía y representaba. Responsabilidad que asume en estos momentos el actual presidente: Guillermo Fernández Vara.
Personas todas ellas que han hecho historia.
Hoy, Lleida, con el centro Extremeño al frente, y dentro de lo que el refranero catalán denomina la vuitada, se une a los 383 municipios extremeños en esta entrañable celebración del Día Nacional de Extremadura, de la misma manera que ayer celebraban las instituciones públicas y el conjunto de la sociedad civil de nuestra ciudad, entre los que se encontraban miembros del Centro Extremeño, la diada nacional de Catalunya.
Una festividad que en su sentido actual, el de fiesta de la comunidad, es joven, solamente tiene 23 años, dos menos que la comunidad autónoma, pero que ja estaba fuertemente arraigada en el imaginario colectivo por coincidir con la celebración de la virgen de Guadalupe, evidentemente la originaria, la extremeña.
La virgen de Guadalupe y todo lo que la envuelve ha estado siempre presente en la historia de Extremadura como cuando los reyes encomendaron, en el convento del mismo nombre, a Cristóbal Colon su histórico viaje.
La festividad oficial de una comunidad ha de estar arraigada a su historia y sin duda la virgen de Guadalupe ha acompañado a los extremeños a lo largo de su historia formando parte de su acervo cultural.
Estamos celebrando la festividad de la comunidad autónoma de Extremadura.
Lleida y Extremadura, en su conjunto, tienen, salvando las distancias, grandes similitudes que me gustaría destacar. Porqué, siendo cierto que la tierra en la que uno nace siempre se lleva en el corazón el hecho de que se asemeje a la tierra donde decidimos vivir y trabajar seguro que ayuda, y mucho, a que nos sintamos igualmente en nuestra casa, más aún, si existe un sentimiento de agradecimiento mutuo.
Dicen los entendidos que el nombre de Extremadura le viene de la época de la reconquista cuando se denominaba con este nombre a los extremos fronterizos del reino, siendo la actual Extremadura la que ocuparía los territorios a los que se denominaba la extremadura leonesa. Esta posición en el extremo oeste y fronteriza es una característica que también ha tenido y tiene Lleida con referencia al resto de Catalunya.
También Extremadura como Lleida ha padecido recurrentes procesos migratorios a lo largo de su historia que han limitado su capacidad de crecimiento y desarrollo. Flujos de personas que han estados vinculados en Extremadura a la conquista de América y en Lleida a la ocupación de nuevas tierras tras la reconquista de Valencia.
Pero no sólo las migraciones voluntarias para la repoblación han influido en la disminución demográfica de estos dos pueblos. Han sido los conflictos bélicos los que han provocado su despoblación de forma más radical, si cave, recordemos como la Guerra de la Restauración portuguesa del siglo XVII afectaba a Extremadura en la misma medida que lo hacía la Guerra dels Segadors a Lleida. Son estos y sucesivos conflictos bélicos los que de manera constante han afectado a Lleida y Extremadura, provocándoles pobreza i subdesarrollo.
Pero sobre todo en lo que más se asemejan Lleida y Extremadura es en el gran potencial que tienen ambas colectividades.
Un amplio abanico de recursos naturales encabezados por el agua dotan a Extremadura como a Lleida de una capacidad de desarrollo económico basado en la agricultura de regadío que incide de manera muy positiva en su producto interior bruto y generando riqueza y bienestar.
La producción de energía es otro de los puntos fuertes que nos asemejan. En ambos casos son zonas excedentarias en la producción de energía, un excedente que es exportado solidariamente a otras regiones. Digo solidariamente porque su producción se realiza en base a tecnología que comporta cierto riesgo.
Finalmente y por no hacerme demasiado largo apuntare la apuesta decidida del gobierno de Extremadura por incorporar las nuevas tecnologías en todos los ciclos formativos y que ha tenido un reconocimiento internacional. Buena prueba de ello es el premio a la Innovación Regional en su modalidad de Sociedad de la Información que le fue concedido por la Comisión europea en el año 2004 por el proyecto GNU/LinEx. Apuesta que en Lleida se ha traducido en el parque Científico y Tecnológico, Agroalimentario de Gardeny, así como el reconocimiento a la apuesta por la innovación del ayuntamiento de Lleida que representa el hecho que nuestro alcalde presida la comisión de las nuevas tecnologías de la Federación Española de Municipios.
Concretando, podemos afirmar que son muchos y en ámbitos diversos los puntos de similitud entre Lleida y Extremadura los que nos dibujan trayectorias paralelas. Por todo ello la celebración del Día de Extremadura en Lleida ha de ser vivido por los extremeños catalanes o los catalanes extremeños, como mejor queráis, con plena intensidad y emotividad, porque al final de los hechos históricos, de los territorios, de las culturas, de los recursos, de las banderas…etc. encontramos lo más importante: las personas. Tengan los apellidos que tengan y provengan de donde provengan. Porque son los hombres y mujeres y su realización personal lo que ha de mover a los responsables públicos en su actividad política.
Quisiera finalizar recordando una de las estrofas del himno de Extremadura que nos la muestra en positivo, ecológica, con los valores que están en alza y son el objetivo de las sociedades modernas y todo ello en tres versos. Dice así:
El aire limpio
Las aguas puras
Cantemos todos extremadura
Gracias
Extremeñas y extremeños, por origen o por sentimiento, hoy os encontráis reunidos en esta sala para iniciar los actos de celebración de la festividad más representativa de la comunidad autónoma de Extremadura, una comunidad de hombres y mujeres con arraigadas tradiciones y secular cultura.
Permitirme que antes de nada agradezca a la junta del Centro Extremeño que haya pensado en mi para hacer lectura del pregón que da inicio a los actos de celebración del día de la fiesta oficial de Extremadura.
Es un honor que os agradezco muy sinceramente…
Desde el año 1985 en que se designó institucionalmente el día 8 de septiembre como el DIA de Extremadura, esta fecha se ha convertido en la jornada de celebración y reconocimiento de los rasgos propios que dan identidad a Extremadura y sus gentes.
Unos rasgos que se han ido forjando a lo largo de los siglos y han impregnado el carácter de muchos de sus hombres de Pro como ha quedado patente históricamente. Desde los tiempos de los conquistadores en que nombres como Hernán Cortés, Pizarro, o Pedro de Valdivia enaltecen el origen extremeño, a los más actuales como, por ejemplo, el primer presidente de la Junta de Extremadura autonómica Juan Carlos Rodríguez Ibarra que, con acentuada personalidad, ha sido durante los últimos años quien la presidía y representaba. Responsabilidad que asume en estos momentos el actual presidente: Guillermo Fernández Vara.
Personas todas ellas que han hecho historia.
Hoy, Lleida, con el centro Extremeño al frente, y dentro de lo que el refranero catalán denomina la vuitada, se une a los 383 municipios extremeños en esta entrañable celebración del Día Nacional de Extremadura, de la misma manera que ayer celebraban las instituciones públicas y el conjunto de la sociedad civil de nuestra ciudad, entre los que se encontraban miembros del Centro Extremeño, la diada nacional de Catalunya.
Una festividad que en su sentido actual, el de fiesta de la comunidad, es joven, solamente tiene 23 años, dos menos que la comunidad autónoma, pero que ja estaba fuertemente arraigada en el imaginario colectivo por coincidir con la celebración de la virgen de Guadalupe, evidentemente la originaria, la extremeña.
La virgen de Guadalupe y todo lo que la envuelve ha estado siempre presente en la historia de Extremadura como cuando los reyes encomendaron, en el convento del mismo nombre, a Cristóbal Colon su histórico viaje.
La festividad oficial de una comunidad ha de estar arraigada a su historia y sin duda la virgen de Guadalupe ha acompañado a los extremeños a lo largo de su historia formando parte de su acervo cultural.
Estamos celebrando la festividad de la comunidad autónoma de Extremadura.
Lleida y Extremadura, en su conjunto, tienen, salvando las distancias, grandes similitudes que me gustaría destacar. Porqué, siendo cierto que la tierra en la que uno nace siempre se lleva en el corazón el hecho de que se asemeje a la tierra donde decidimos vivir y trabajar seguro que ayuda, y mucho, a que nos sintamos igualmente en nuestra casa, más aún, si existe un sentimiento de agradecimiento mutuo.
Dicen los entendidos que el nombre de Extremadura le viene de la época de la reconquista cuando se denominaba con este nombre a los extremos fronterizos del reino, siendo la actual Extremadura la que ocuparía los territorios a los que se denominaba la extremadura leonesa. Esta posición en el extremo oeste y fronteriza es una característica que también ha tenido y tiene Lleida con referencia al resto de Catalunya.
También Extremadura como Lleida ha padecido recurrentes procesos migratorios a lo largo de su historia que han limitado su capacidad de crecimiento y desarrollo. Flujos de personas que han estados vinculados en Extremadura a la conquista de América y en Lleida a la ocupación de nuevas tierras tras la reconquista de Valencia.
Pero no sólo las migraciones voluntarias para la repoblación han influido en la disminución demográfica de estos dos pueblos. Han sido los conflictos bélicos los que han provocado su despoblación de forma más radical, si cave, recordemos como la Guerra de la Restauración portuguesa del siglo XVII afectaba a Extremadura en la misma medida que lo hacía la Guerra dels Segadors a Lleida. Son estos y sucesivos conflictos bélicos los que de manera constante han afectado a Lleida y Extremadura, provocándoles pobreza i subdesarrollo.
Pero sobre todo en lo que más se asemejan Lleida y Extremadura es en el gran potencial que tienen ambas colectividades.
Un amplio abanico de recursos naturales encabezados por el agua dotan a Extremadura como a Lleida de una capacidad de desarrollo económico basado en la agricultura de regadío que incide de manera muy positiva en su producto interior bruto y generando riqueza y bienestar.
La producción de energía es otro de los puntos fuertes que nos asemejan. En ambos casos son zonas excedentarias en la producción de energía, un excedente que es exportado solidariamente a otras regiones. Digo solidariamente porque su producción se realiza en base a tecnología que comporta cierto riesgo.
Finalmente y por no hacerme demasiado largo apuntare la apuesta decidida del gobierno de Extremadura por incorporar las nuevas tecnologías en todos los ciclos formativos y que ha tenido un reconocimiento internacional. Buena prueba de ello es el premio a la Innovación Regional en su modalidad de Sociedad de la Información que le fue concedido por la Comisión europea en el año 2004 por el proyecto GNU/LinEx. Apuesta que en Lleida se ha traducido en el parque Científico y Tecnológico, Agroalimentario de Gardeny, así como el reconocimiento a la apuesta por la innovación del ayuntamiento de Lleida que representa el hecho que nuestro alcalde presida la comisión de las nuevas tecnologías de la Federación Española de Municipios.
Concretando, podemos afirmar que son muchos y en ámbitos diversos los puntos de similitud entre Lleida y Extremadura los que nos dibujan trayectorias paralelas. Por todo ello la celebración del Día de Extremadura en Lleida ha de ser vivido por los extremeños catalanes o los catalanes extremeños, como mejor queráis, con plena intensidad y emotividad, porque al final de los hechos históricos, de los territorios, de las culturas, de los recursos, de las banderas…etc. encontramos lo más importante: las personas. Tengan los apellidos que tengan y provengan de donde provengan. Porque son los hombres y mujeres y su realización personal lo que ha de mover a los responsables públicos en su actividad política.
Quisiera finalizar recordando una de las estrofas del himno de Extremadura que nos la muestra en positivo, ecológica, con los valores que están en alza y son el objetivo de las sociedades modernas y todo ello en tres versos. Dice así:
El aire limpio
Las aguas puras
Cantemos todos extremadura
Gracias
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada